Hans, el Espabilado - Cuentos de los Hermanos Grimm

Hans, el Espabilado


La madre de Hans pregunta:


    —¿Adónde vas, Hans?


Hans contesta:


    —A ver a Gretel.


    —Pórtate bien, Hans.


    —Lo haré. Adiós, madre.


    —Adiós, Hans.


Hans llega a casa de Gretel.


    —Buenos días, Gretel.


    —Buenos días, Hans. ¿Qué traes de bueno?


    —Traer nada, tú has de darme.


Gretel le regala a Hans una aguja. Hans dice:


    —Adiós, Gretel.


    —Adiós, Hans.


Hans coge la aguja, la mete en un carro de heno y va detrás del carro hacia casa.


    —Buenas tardes, madre.


    —Buenas tardes, Hans.


    —Hans, ¿Dónde has estado?


    —Con Gretel.


    —¿Qué le has llevado?


    —Llevado nada, ella me ha dado.


    —¿Qué te ha dado Gretel?


    —Me ha dado una aguja.


    —¿Dónde tienes la aguja, Hans?


    —Metida en el carro de heno.


    —Mal hecho, Hans. Tenías que haber prendido la aguja en la manga.


    —No importa, la próxima vez lo haré mejor.


    —¿Adónde vas, Hans?


    —A ver a Gretel, madre.


    —Pórtate bien, Hans.


    —Lo haré. Adiós, madre.


    —Adiós, Hans.


Hans llega a casa de Gretel:


    —Buenos días, Gretel.


    —Buenos días, Hans. ¿Qué traes de bueno?


    —Traer nada, tú has de darme.


Gretel regala a Hans un cuchillo.


    —Adiós, Gretel.


    —Adiós, Hans.


Hans coge el cuchillo y se lo pone en la manga y se va a casa.


    —Buenas tardes, madre.


    —Buenas tardes, Hans. ¿Dónde has estado?


    —Con Gretel.


    —¿Qué le has llevado?


    —Llevado nada, ella me ha dado.


    —¿Qué te ha dado Gretel?


    —Me ha dado un cuchillo.


    —¿Dónde tienes el cuchillo, Hans?


    —Prendido en la manga.


    —Mal hecho, Hans. Tenías que haber metido el cuchillo en el bolsillo.


    —No importa, la próxima vez lo haré mejor.


    —¿Adónde vas, Hans?


    —A ver a Gretel.


    —Pórtate bien, Hans.


    —Lo haré. Adiós, madre.


    —Adiós, Hans.


Hans llega a casa de Gretel:


    —Buenos días, Gretel.


    —Buenos días, Hans. ¿Qué traes de bueno?


    —Traer nada, tú has de darme.


Gretel le regala a Hans una cabra.


    —Adiós, Gretel.


    —Adiós, Hans.


Hans coge la cabra, le ata las patas y se la mete en el bolsillo. Cuando llega a casa, la cabra se ha asfixiado.


    —Buenas tardes, madre.


    —Buenas tardes, Hans. ¿Dónde has estado?


    —Con Gretel.


    —¿Qué le has llevado?


    —Llevado nada, ella me ha dado.


    —¿Qué te ha dado Gretel?


    —Me ha dado una cabra.


    —¿Dónde tienes la cabra?


    —Metida en el bolsillo.


    —Mal hecho, Hans. Tenías que haberla atado con una soga.


    —No importa, la próxima vez lo haré mejor.


    —¿Adónde vas, Hans?


    —A ver a Gretel.


    —Pórtate bien, Hans.


    —Lo haré. Adiós, madre.


    —Adiós, Hans.


Hans llega a casa de Gretel:


    —Buenos días, Gretel.


    —Buenos días, Hans.


    —¿Qué traes de bueno?


    —Traer nada, tú has de darme.


Gretel le regala a Hans un trozo de tocino.


    —Adiós, Gretel.


    —Adiós, Hans.


Hans coge el tocino, le ata un cordel y lo arrastra tras de sí. Los perros se acercan y se comen el tocino. Cuando llega a casa no tiene más que el cordel en la mano.


Hans el espabilado arrastrando el tocino

    —Buenas tardes, madre.


    —Buenas tardes, Hans.


    —¿Dónde has estado?


    —Con Gretel.


    —¿Qué le has llevado?


    —Llevado nada, ella me ha dado.


    —¿Qué te ha dado Gretel?


    —Me ha dado un trozo de tocino.


    —¿Dónde tienes el tocino, Hans?


    —Lo he atado al cordel, lo he arrastrado a casa y los perros se lo han comido.


    —Mal hecho, Hans. Tenías que haber traído el tocino en la cabeza.


    —No importa, la próxima vez lo haré mejor.


    —¿Adónde vas, Hans?


    —A ver a Gretel.


    —Pórtate bien, Hans.


    —Lo haré. Adiós, madre.


    —Adiós, Hans.


Hans llega a casa de Gretel:


    —Buenos días, Gretel.


    —Buenos días, Hans. ¿Qué traes de bueno?


    —Traer nada, tú has de darme.


Gretel le regala a Hans una ternera.


    —Adiós, Gretel.


    —Adiós, Hans.


Hans coge la ternera, se la pone encima de la cabeza y la ternera le patea toda la cara.

    —Buenas tardes, madre.


    —Buenas tardes, Hans. ¿Dónde has estado?


    —Con Gretel.


    —¿Qué le has llevado?


    —Llevado nada, ella me ha dado.


    —¿Qué te ha dado Gretel?


    —Me ha dado una ternera.


    —¿Dónde tienes la ternera, Hans?


    —Colocada en la cabeza, me ha golpeado la cara.


    —Mal hecho, Hans. Tenías que tirar de la ternera y llevarla a la cuadra.


    —No importa, la próxima vez lo haré mejor.


    —¿Adónde vas, Hans?


    —A ver a Gretel.


    —Pórtate bien, Hans.


    —Lo haré. Adiós, madre.


    —Adiós, Hans.


Hans llega a casa de Gretel.


    —Buenos días, Gretel.


    —Buenos días, Hans. ¿Qué traes de bueno?


    —Traer nada, tú has de darme.


Gretel dice a Hans:


    —Iré contigo.


Hans coge a Gretel, la ata a la soga, la guía y la conduce a la cuadra. Luego va a ver a su madre.


    —Buenos tardes, madre.


    —Buenas tardes, Hans. ¿Dónde has estado?


    —Con Gretel.


    —¿Qué le has llevado?


    —Llevado, nada.


    —¿Qué te ha dado Gretel?


    —Dado nada, me ha acompañado.


    —¿Dónde has dejado a Gretel?


    —La he conducido con la soga, atado al pesebre y le he echado pasto.


    —Mal hecho, Hans, debías haberle lanzado miradas con ojos tiernos.


    —No importa, la próxima vez lo haré mejor.


Hans va al establo, saca a todas las terneras y corderos los ojos y se los lanza a Gretel a la cara. Gretel se enfada, se desata y se aleja corriendo, y este se queda sin prometida.

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